Troy - 2004
Título en español: Troya
Escrita por David Benioff, basado en La Ilíada de Homero
Dirigida por Wolfgang Petersen
Protagonizada por Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom, Diane Kruger, Brian Cox, Sean Penn, Brendan Gleeson, Saffron Burrows, Rose Byrne y Peter O'Toole
Duración: 163 minutos
Basada en el poema de La Ilíada escrito por Homero, Troy es una nueva adaptación de la famosa historia de la guerra que se originó por el rapto de una reina y que terminó con el uso del conocido Caballo de Troya.
Después del éxito de Gladiator (Gladiador), los estudios de Hollywood pensaron que era el momento de volver a hacer las llamadas 'épicas de arena y sandalias', que no son más que los films de gran escala con temas de guerras y batallas ambientadas en épocas antiguas. En consecuencia, es a este tipo de películas y en especial a la mencionada Gladiator contra quien se compara a Troy. Y desafortunadamente, sale perdiendo.
Pero quizás no es justo hacer esa comparación. Después de todo, Troy es una adaptación de una historia bastante bien conocida (al menos los aspectos generales) mientras que Gladiator es una historia original.
La película narra la historia de cómo Paris (Bloom), hijo de Priamo, Rey de Troya (el magnífico Peter O'Toole) obliga a su reino a ir a la guerra contra los Griegos al enamorarse y raptar a la hermosa Reina Helena (Kruger). Esto desata la ira de Menelao (Gleeson), quien le pide ayuda a su hermano, el codicioso Rey Agamemnón (Cox) quien a través de la fuerza y el derramamiento de sangre ha logrado unificar a todos los reinados Griegos en uno solo. Este lo ve como la gran excusa para poder apoderarse también de Troya, que nunca ha podido ser gobernada por ningún Rey extranjero.
Agamemnón cuenta con más de 1.000 barcos y 50.000 soldados, pero su arma secreta es la presencia del legendario Aquiles (Pitt), el mejor guerrero en la historia, hijo de Dioses y prácticamente imposible de matar. Aquiles nunca pierde una batalla y su sola presencia llena de temora a enemigos y de fé a sus aliados. Pero Troya también cuenta con su propia arma, Héctor (Bana), el hijo mayor de Priamo y líder de sus ejércitos.
La guerra que se desata es la más grande que jamás haya sido el mundo (al menos para ese momento), e indudablemente no todos sus protagonistas saldrán con vida de ella.
El director Wolfgang Petersen nos trae un gigantesco espectáculo repleto de efectos especiales para mostrar ejércitos de miles y miles de soldados, mares copados de navíos de batalla, monumentales ciudades. Las escenas de batallas resultan a momentos impresionantes, particularmente las peleas cuerpo a cuerpo en las que participan Aquiles y Héctor.
Lamentablemente, Troy se queda un poco corta en llegar a convertirse en el clásico que Gladiator es. A pesar de contar con un gran elenco, una conocida historia y todo el presupuesto del mundo (150MM$) para lograr los mejores resultados, le falta algo de cohesión por lo que termina siendo buena, pero sin poder convertirse en una gran película.
Entre los aspectos negativos que quizás ayuden a que esto suceda está la actuación. Aparte de Bana, ninguno de los actores jóvenes se destaca con su interpretación. Especialmente decepcionante me resultó Brad Pitt, quien normalmente es muy buen actor, en esta oportunidad su actuación fue bastante aburrida. En todo momento, Aquiles parecía fastidiado y desinteresado, como si prefiriera estar en otro sitio (que de hecho era así, él no quería involucrarse en esa guerra), y esto va en contra de la idea de que Aquiles era algo así como el Michael Jordan de los guerreros Griegos (y así lo hacen ver, si no me creen, comparen las maromas del basquetbolista con el 'movimiento registrado' de Aquiles de brincar, hacer una finta y clavar la espada de un costado).
Bana se luce en el rol de un príncipe orgulloso y fiero guerrero, que a la vez es sensato y padre de familia. Entiende la guerra, pero no la quiere. Comprende el sacrificio que debe hacer para proteger a su amada Troya, a pesar del precio que pueda terminar pagando. Otro que destaca, pero solo en pocas escenas, es Bean en el rol de Odiseo. Los roles femeninos no tienen mucho que hacer, salvo quizás Briseida (Byrne). Tanto Helena (que es una figura central) como Andrómaca (Burrows) solo aparecen para sufrir por las partidas de sus esposos.
Por otro lado, los actores veteranos se roban el show con sus actuaciones, especialmente O'Toole como el aparentemente inocente Rey Priamo, más creyente en los designios de los Dioses que en el sentido común. Cox y Gleeson son despreciables como los dos codiciosos y malvados hermanos, Agamemnón y Menelao.
Otro factor en contra de esta película es su duración. Son casi tres horas, lo que exige un poco más de atención por parte de la audiencia.
Si bien no es una mala película, Troy pudo haber sido mejor con unas actuaciones un poco más emotivas y algunas ediciones para hacerla más rápida.