Título en español: La flor del mal
Escrita por Mary Agnes Donoghue
Dirigida por Peter Kosminsky
Protagonizada por Michelle Pfeiffer, Alison Lohman, Renée Zellweger, Robin Wright-Penn, Cole Hauser, Patrick Fugit y Noah Wyle
Duración: 109 minutos

Es una lástima que White oleander no haya tenido mayor éxito cuando fue estrenada, y que mucha gente no la haya visto, porque es un excelente trabajo de actuación y cuenta con un guión realmente inteligente e interesante.

Astrid (Lohman) es una pequeña niña que vive sola con su madre Ingrid (Pfeiffer), una artista que tiene una manera un poco particular de ver las cosas y de criar a su hija - es realmente controladora y sobreprotectora, y le lava el cerebro con su forma de ver al mundo, en la que toda la gente representa al enemigo.

Una noche, mientras Astrid duerme, la policía llega y se lleva presa a su madre, a quien acusan de haber asesinado a su novio. Al ir esta a prisión, Astrid es recogida por Servicios Sociales, quienes la colocan en una casa adoptiva junto con una familia no muy estable conformada por Starr (Wright-Penn), una ex-stripper que se ha vuelto profundamente religiosa, su novio (Hauser) y sus dos hijos. La situación en esa casa es complicada, ya que la hija que es una adolescente rebelde se lleva muy mal con la madre, quien es bastante inestable emocionalmente y quien ve en Astrid a una rival que quiere quitarle al novio. Luego de una trágica noche llena de violencia, Astrid es enviada a un orfanato en el que conoce a Paul, un peculiar joven (Fugit) con quien entabla una relación un poco incómoda entre la amistad y el enamoramiento.

Estando en el orfanato, Astrid es dada nuevamente en adopción, esta vez a una fracasada actriz de nombre Claire (Zellweger) quien está casada con un productor de TV (Wyle). Esta mujer es bastante insegura de si misma y su matrimonio se encuentra en un momento muy difícil, por lo que ha pensado que adoptar a una niña (aunque adolescente ya) pudiera salvarlo.

Durante todo este tiempo, Astrid ha realizado visitas a su encarcelada madre, quien continuamente le reprocha y le sigue controlando aún detrás de rejas. Sigue lavándole el cerebro y metiéndole ideas de que todo el mundo es su enemigo y que nadie es lo suficientemente bueno para ella. Y por si esto fuera poco, comienza a escribirse con Claire a espaldas de Astrid. La maldad de la madre y la inseguridad de la actriz hacen una mezcla trágica, que termina por llevar a esta última al suicidio.

De vuelta en el orfanato, Astrid vuelve a encontrarse con Paul y luego de un tiempo es nuevamente adoptada, pero esta vez es ella quien escoge a la persona, seleccionando a una inmigrante Rusa que solo la quiere para que trabaje para ella vendiendo ropa de segunda mano. Nuevamente la madre rechaza el camino que su hija ha tomado (y esta vez con cierta razón), sin darse cuenta que a través de todo el tiempo que ha transcurrido, Astrid ha ido creciendo y madurando y que ya no es la inocente niña a quien ella podía controlar tan fácilmente.

A medida que pasa el tiempo la relación entre ambas se hace más distante y más dura, hasta llegar al punto en el que ambas tienen un enfrentamiento durante la última visita en la cárcel, y del que se llegará definitivamente al desenlace de la relación.

La fortaleza de la película reside en las actuaciones de las cuatro actrices. Cada una da una interpretación magistral de sus personaje dándole exactamente lo que necesita para ser realista y para atrapar al espectador. Pfeiffer es sencillamente despreciable como la madre - es impresionante ver como esta actriz tan hermosa, y que pareciera ser tan frágil, puede darle vida a un personaje tan vil y controlador. Igualmente sucede con Zellweger, quien no es santo de mi devoción, pero de quien debo admitir hace un gran trabajo en esta oportunidad, apareciendo como la insegura y no tan inteligente actriz. A Wright-Penn ya se le había visto en papeles algo parecidos al que interpreta en este film (como por ejemplo en The pledge), pero igualmente se destaca como la ex-stripper que ha encontrado su salvación en Jesús. Quizás la interpretación menos llamativa es la de la propia protagonista, pero Lohman realmente aprovecha la oportunidad y permite que el personaje crezca a medida que la película va andando.

Y como este es un film que se basa en la actuación, tiene que tener "esa" escena, la escena en la que los protagonistas se destacan y pueden "darle con todo". Este caso no es la excepción, y la escena llega casi al final de la película cuando hay un momento de la verdad entre madre e hija. La actuación de Pfeiffer en esta escena es simplemente magistral. Impresionante.

White oleander es uno de esos films que pierde un poco cada vez que uno lo vuelve a ver, pero al que vale la pena echarle un vistazo de vez en cuando por lo menos para que nos recuerde que una película sin efectos especiales ni explosiones también vale la pena, y para que no olvidemos lo buena actriz que es Michelle Pfeiffer.

White oleander es uno de mis films favoritos del 2002