Escrita por Henry Herrera
Dirigida por Elia Schneider
Protagonizada por Edgar Ramírez, Roque Valero, Dora Mazzone y Daniela Alvarado
Duraciَón: 110 minutos

...dejen que me monte en un guacalito...voy...ajá...ejem, ejem..."¡Hay que apoyar al cine Venezolano!"...

Ya. Ya lo dije. Y ojalá me hagan caso. No porque hay que ser ultra nacionalista, o porque no hay que pararle a las deficiencias de producción que tienen nuestras películas, sino porque el cine en Venezuela, al igual que en TODOS lados, es un negocio, y si no genera ingresos, quiebra. Y ahora se deben preguntar, ¿y qué tiene esto que ver? Bueno, que si no vamos a ver las películas que se exhiben (o peor, si las compramos en DVDs piratas), pues nadie querrá invertir en hacer nuevas, y (dice esperanzado) mejores películas.

La industria del cine en nuestro país está produciendo una o dos películas al año que reciban una oportunidad de exhibición masiva, es decir, que no solo se puedan ver en festivales internacionales, en el Ateneo, o en casa del director. Cubrir el presupuesto de uno de estos films se ha convertido en un verdadero karma para los directores Venezolanos. En algún lado leí que para hacer un film 'aceptable', harían falta unos 100 millones de Bolívares. Si esto es cierto (o se acerca a serlo), imagínense Uds. lo que los creadores tienen que hacer para conseguir este dinero.

En fin, este espacio no es para debatir la realidad del cine Venezolano, sino para comentarles sobre la más reciente producción que se está exhibiendo en las salas del país, Punto y raya.

Este film mantiene de alguna manera la misma línea que la mayoría de los éxitos del cine nacional, al presentar situaciones de la vida real (aunque la historia es totalmente ficticia). Sin embargo, le da un giro muy particular y presenta una trama más bien fresca y original (aunque dentro del mismo esquema), que si bien tiene una que otra falla (a mi parecer), se eleva por encima del resto de las películas criollas.

Punto y raya trata sobre dos hombres, uno Venezolano de nombre Cheo Da Silva (Valero), Cheíto para los panas, un malandro y narco, y otro Colombiano de nombre Pedro (Ramírez), que ven sus vidas unidas repentinamente al ser enviados por los ejércitos de sus respectivos países a la frontera.

Estando allí, ambos buscan escapar, pero al hacerlo se topan con una serie de situaciones que los verán enfrentándose con la guerrilla, el narcotráfico y hasta con los propios ejércitos a los que pertenecen. Todo esto envuelto en un ambiente lleno de humor y gracia, sin minimizar lo delicado de la realidad que se vive en el borde fronterizo entre Venezuela y Colombia.

Y si bien el guión de Henry Herrera está bastante bien logrado (como dije, solo tiene una que otra falla), lo mejor del film es la actuación de los dos personajes centrales, y en particular de Valero, quien interpreta a un malviviente que no es más que una extensión del personaje que tenía en la novela 'Cosita rica', pero ahora aprovechando al máximo el protagonismo que le han dado. Verdaderamente que el actor se luce en este papel, y le saca el jugo hasta la última gota. En cuanto a Ramírez, también hay que aplaudir su trabajo, que resulta muy diferente, porque su personaje es diámetralmente opuesto al de Valero -- Cheíto es un vivo (el típico Venezolano) que busca la manera de zafarse de las cosas y de vivir sin trabajar, mientras que Pedro es un hombre honrado, de honor, que se mantiene vírgen para cuando se case con su novia Lutecia allá en el Páramo.

Pero no todo en la película es bueno. La dirección, por parte de Elia Schneider, tienen varios momentos bien originales y con tomas precisas, pero esto es solo para caer luego en otras escenas que parecen un poco forzadas y sin imaginación. Esto es algo que se pudiera pasar por alto si no fuera por la patética cinematografía. No tengo idea de si esto es así, o no, pero pareciera que filmaron con cámaras digitales (o con película vencida), pero utilizando equipos de primera generación. El acabo es terriblemente oscuro y apagado, los colores están todos lavados y opacos, y en ocasiones van y vienen en la misma escena (particularmente los rojos). Además de esto, hay momentos en que las tomas están desenfocadas (por ejemplo, hay un momento en el que dos personajes están hablando en la primera plana, y lo que se ve enfocado es la selva en el fondo de la toma).

Si uno puede dejar de lado ese 'detallito', Punto y raya puede resultar un film bastante agradable y gracioso (nunca me había reído tanto en un film criollo).

Espero que le vaya muy bien en la taquilla, para que genere ingresos que permitan a estos cineastas seguir trabajando en el futuro.

Como último dato, esta película es la postulada oficial de Venezuela tanto para el Globo de Oro, como para el Oscar. No quiero sonar antipático, pero no creo que tenga chance de quedar nominada para ninguno de los dos premios.