Tí­tulo en español: Amadeus
Escrita por Peter Shaffer
Dirigida por Milos Forman
Protagonizada por F. Murray Abraham, Tom Hulce, Elizabeth Berridge, Simon Callow, Jeffrey Jones y Roy Dotrice
Duración: 160 minutos

La mayoría de las películas que narran la vida de un famoso artista suelen ser más bien aburridas y lentas -- a menos que uno sea fanático del artista en cuestión, o de que su vida haya estado llena de eventualidades. Y esto puede ser dos veces cierto cuando se trata de un compositor de música clásica.

Sin embargo, con Amadeus, Milos Forman logra el efecto opuesto. Esta película, sobre la vida del famosísimo compositor Wolfgang Amadeus Mozart, es cualquier cosa menos aburrida y lenta, y gran parte de ello se debe a las libertades que se tomaron Forman y el guionista Peter Shaffer sobre la vida de Mozart, y en la forma en la que presentan la historia.

El film, en lugar de dedicarse a dictar linealmente lo que se conoce de la vida del músico, es más bien un recuento hecho por Antonio Salieri (Abraham), un compositor rival, quien vivió envidiando el increíble talento de Mozart (Hulce)

Amadeus cubre los últimos diez años de la vida del compositor, cuando este vivió en Viena, entre 1781 y 1791, pero en realidad comienza más hacia los años posteriores a 1820, en los que Salieri, quien fuera el Compositor Oficial del Emperador José II (Jones), se ve encerrado en un espantoso manicomio luego de haber intentado suicidarse. En el lugar de una confesión, el ahora anciano Salieri le cuenta la historia a un religioso, con la finalidad de demostrarle su propia mediocridad y la furiosa envidia que siempre sintió por su rival.

Antes de conocer a Mozart, Salieri siente una gran admiración por la música que este ha compuesto -- la encuentra genial y maravillosa. Pero cuando se encuentra con el la primera vez, esta admiración se convierte en repulsión, al darse cuenta que este gran artista no es más que un irrespetuoso e inmaduro hombrecillo, que no sabe respetar las normas sociales y al que solo le interesa perseguir mujeres.

El rechazo de parte de Salieri nace del hecho de que el mismo se reconoce limitado (y hasta mediocre) en su propio talento, y no puede entender por qué Dios le ha dado tanta capacidad musical a una persona tan poco honorable en lugar de a el, que es tan respetuoso y digno. A partir de ese momento, y con cada encuentro posterior, Salieri comienza a tramar la destrucción de Mozart -- pero este sentimiento de odio y envidia va en completa contradicción con la pasión y adoración que Salieri siente por su música.

Y es precisamente esta dicotomía la que hace que el personaje más rico y más complejo del film sea el propio Salieri, en lugar de Mozart, quien debiera haber sido la pieza central de la historia. Sin embargo, esto no quiere decir que se le dé poca atención a "Wolfie", sino que más bien la decisión estuvo en darle mayor protagonismo al personaje más interesante de los dos.

Esta estrategia hubiera fallado de no haber sido por la fenomenal actuación de Abraham, quien realmente hace el mejor trabajo de su carrera en este film, presentando a Salieri como un ser acomplejado y celoso, sin dejarlo caer en un estéreotipo de villano. Sus acciones son malintencionadas, pero a la vez le generan una lucha interna: debe destruir lo que más ama, la música de Mozart. Además de esto, su actuación también refleja la decepción del personaje al darse cuenta de que nunca podrá componer como lo hace su rival.

La interpretación de Hulce también es muy buena (de hecho, ambos actores estuvieron nominados al Oscar, siendo Abraham quien lo ganara al final), pero su personaje no es tan atractivo como Salieri. Mozart no es más que un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, que no sabe respetar las normas de la sociedad, pero que tiene un talento extraordinario.

El film cuenta con un tercer protagonista: la propia música de Mozart. Una de las maneras que divisaron Forman y Shaffer para mantener el ritmo de la historia fue la de entrelazar el trabajo del compositor con los momentos claves de su vida, así, la muerte de su padre (Dotrice) se convierte en la composición de Don Giovanni, y la muerte de Mozart se enmarca en su propia Requiém.

Mozart es una verdadera obra de arte, más allá de las increíbles actuaciones y de la fabulosa musicalización. La puesta en escena es simplemente espectacular, empezando por la ambientación del film a finales del siglo XVIII y terminando por los escenarios utilizados para las diferentes óperas (incluyendo el teatro, en el que el mismísimo Mozart dirigió algunas de sus obras en la vida real). Esta excelente producción le hizo merecedora de 8 premios Oscar, incluyendo uno para Forman (su segundo, después de One flew over the cuckoo's nest), otro para Shaffer como Mejor Guión Adaptado (de su propia obra de teatro) y el de Abraham.

Como dato curioso, aunque el protagonista real del film es Salieri, el nombre de la película es Amadeus no solo porque este fuera el segundo nombre de Mozart, sino porque se relaciona con la fuerte creencia en Dios de Salieri -- Amadeus quiere decir "el que ama a Dios" en Latín...

Amadeus es mi film favorito de 1984