Título en español: Bridget Jones: Al borde de la razón
Escrita por Andrew Davies
Dirigida por Beeban Kidron
Protagonizada por Renée Zellweger, Colin Firth, Hugh Grant, Jim Broadbent y Gemma Jones
Duración: 108 minutos

La lista de segundas partes innecesarias es larga y tortuosa. La avaricia de los estudios Hollywoodenses de querer exprimir hasta el último centavo un buen concepto o una buena idea, los ha llevado a crear algunas de las peores películas de todos los tiempos. Bridget Jones: The edge of reason quizás no sea de las peores segundas partes que se hayan filmado, pero no por eso se puede excusar su mediocridad.

Admitiendo que se le puede categorizar como un 'chick flick', es decir, una película 'para mujeres', debo aclarar que no es esa la razón por la cual me pareció tan mala esta película. De hecho, sin llegar a decir que es buena, disfruté de la primera parte por su frescura y su ingenio. Pero soy de la impresión de que al personaje de Bridget Jones no hay mucho más que sacarle, que ya ha llegado a donde tenía que llegar.

El film comienza cuatro meses después de los eventos de la primera parte, y ahora Bridget (Zellweger) vive con Mark Darcy (Firth). Pero la relación no va del todo bien: Bridget es muy insegura y Mark es demasiado frío. Ambos viene de estratos sociales muy diferentes

Estos problemas van haciendo que la relación se deteriore cada vez más -- Bridget no encaja en el mundo de Mark, y este parece no querer comprometerse con ella (¡y no lo culpo, si han pasado cuatro meses!). La separación es inevitable y allí comienzan los problemas para Bridget, incluyendo una estadía en una cárcel para mujeres en Tailandia y un reencuentro con Daniel Cleaver (Grant), quien aún insiste en querer volver con ella, pero sin querer cambiar su forma de ser...

La actuación de Zellweger en el papel protagónico es adecuada, aunque no tiene nada reveladora o sorprendente. Seguro, hay que quitarse el sombrero ante su disposición a subir de peso para el rol, pero más allá de eso, no creo que su trabajo sea excepcional. Igual pasa con el resto del elenco, pero no es culpa de ellos, es que el guión no amerita ningún esfuerzo. Grant es menos divertido esta vez (este actor no puede hacer de malo), y Firth, o mejor dicho, el personaje de Firth es demasiado 'tieso' y aburrido, y no pega con Bridget.

En esta oportunidad (y no es que en la primera fueran muchos) los chistes son pocos y dispersos. La gracia que tenía el personaje central no llega más allá de la novedad que disfrutó la primera película, y en esta secuela termina de gastarse. No quiero decir que sea un mal film, solo que es menos de lo mismo -- se parece al primero, pero es menos divertido.

Si disfrutaste la primera película, seguro encontrarás momentos que te entretengan de esta segunda parte, pero no la vas a apreciar tanto.