Título en español: 2001, una odisea en el espacio
Escrita por Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke
Dirigida por Stanley Kubrick
Protagonizada por Keir Dullea, Gary Lockwood y Douglas Rain
Duración: 139 minutos

Hablar de una cinta de Stanley Kubrick, es hablar de una experiencia que es mucho más que una ida al cine. Como pocos directores, Kubrick aprovechaba sus oportunidades detrás de las cámaras para rodar historias que por una u otra razón fueran realmente interesantes, que obligaran al espectador a pensar un poco, a que participara. Y para hacer la tarea un poco más fácil, las envolvía en algunas de las más inolvidables cinematografías de la historia.

Ciertamente, ver una película de Kubrick no es sencillo, ni es para todo el mundo -- aquí uno no viene a divertirse, viene a experimentar algo que el resto de los directores no sabe ofrecer.

2001: A space odyssey no es la excepción, y de hecho, es una de las más claras ofertas de este estilo 'Kubrickiano'. Basada en la primera obra de la saga de Arthur C. Clarke, esta cinta es a la vez una obra de ciencia ficción, un thriller psicológico y un comentario social.

Aunque muy lenta en su ejecución -- y con una personalidad un poco soberbia para algunos críticos -- este film merece con creces el título de clásico. El famoso perfeccionismo del director se nota en cada detalle de la producción, que si bien comienza a mostrar en algunos casos el paso de los años (es indudable que se trata de una película de finales de los 60s), cuenta con docenas de escenas memorables.

La dirección artística, los escenarios, los vestuarios, todo el aspecto técnico de la cinta es simplemente alucinante. Desde la simplicidad simétrica del monolito, hasta los vastos espacios de la nave Discovery, pasando las soberbias tomas del espacio, acompañadas de una impecable banda sonora, 2001: A space odyssey es una verdadera joya visual.

Pero debo volver a comentar que no es para todo tipo de público -- nos hemos acostumbrado a ver películas en las que las tomas deben resolver rápidamente la historia, en lugar de dejarnos disfrutar el espectáculo...

La trama, como tal, no es del todo complicada, aunque tampoco se reduce a un tema fácil de resolver y responder. El centro de la historia viene de preguntar si los humanos estamos solos en el universo, de querer encontrar nuestro lugar en el esquema general de las cosas, y del impacto que puede tener el que vayamos demasiado lejos para tratar de obtener las respuestas a esas interrogantes.

El film abre de una manera particular -- con un grupo de antropoides, ancestros del ser humano, viviendo en un desierto, ocupándose solo de sobrevivir, hasta la aparición de un extraño objeto, un monolito, que despierta curiosidad y temor en estos 'avanzados' animales -- para luego saltar al siglo XXI en plena exploración espacial: un extraño artefacto es descubierto enterrado en la luna, lo que ocasiona una investigación para determinar su origen.

Esta investigación es la razón principal del viaje de la nave Discovery, cuya tripulación intentará descifrar este enigma. Para ello cuentan con la ayuda de varios científicos, entre los que se cuentan el Dr. Dave Bowman (Dullea) y el Dr. Frank Poole (Lockwood), y la supercomputadora HAL 9000 (Rain). HAL, como los tripulantes llaman a la máquina, es a la misma vez un inocente niño y un terrorífico villano, y en su control estará el destino de esta misión.

A pesar de ir a un paso bastante lento durante más de la mitad de sus dos horas y veinte minutos de duración, el tercer acto de 2001: A space odyssey es uno de los más tensos de la historia del cine, atrapando la completa atención del espectador.

El final puede resultar poco satisfactorio para muchos, porque no se trata de un desenlace tradicional en el que se resuelven todas las interrogantes. Puede ser frustrante el no poder cerrar las puertas a esta historia, pero a la vez deja abierta la posibilidad a explorar un poco más lo ocurrido (tal como hizo Clarke, quien escribió tres libros más posteriores a este).

En resumidas cuentas, 2001: A space odyssey es un film que debe ser visto -- sin excepciones ni excusas -- pero el espectador debe estar preparado para una experiencia diferente, que requiere de su participación: no puede desconectar su cerebro, sino que lo tiene que echar a andar para poder apreciar esta cinta en su totalidad.

2001: A space odyssey es mi film favorito del 1968

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Etiquetas: Reseñas